Además de guardar el dinero «debajo del colchón» hay otras opciones para proteger e incluso hacer crecer tu ahorro.

El ahorro no es algo común entre la mayoría de mexicanos, ya sea porque no tenemos una cultura del ahorro o simplemente porque los ingresos que percibimos no son suficientes para pensar en ahorrar. 

En medio de una transición demográfica, México enfrenta el reto de implementar entre sus ciudadanos la cultura del ahorro. Sin embargo, este hábito aún no reporta índices que muestren un futuro estable para los mexicanos. 

Un estudio revela que el hábito del ahorro es muy bajo en nuestro país, ya que tan sólo el 7.2% de los mexicanos ahorró con el fin de poder afrontar alguna emergencia económica o para su retiro.  

Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) revela que los trabajadores mexicanos destinan cuatro de cada 10 pesos de su aguinaldo al pago de deudas. Son pocos aquellos que destinan parte de este ingreso al ahorro o inversión de largo plazo. 

Para los expertos en finanzas personales, este comportamiento es señal de que la cultura del ahorro en el país es muy baja. Por ello, para que desde los hogares se mejore en este aspecto, te damos algunos valiosos consejos: 

  1. Ten claro cuánto ingresas y cuánto gastas

Definir cuánto del dinero del que se dispone se destina para gastos fijos (obligaciones mensuales como la renta, luz, agua, teléfono e internet, y alimentación), gastos variables (compra de ropa, productos de cuidado personal, educación, vacaciones o gastos de esparcimiento) y gasto de inversión (rubro destinado para una meta que impulse el ahorro, por ejemplo: autos o casas).

Ingreso – Ahorro = Gasto. 

  1. Elabora un presupuesto (con un objetivo a alcanzar)

Así sabrás cuánto ganas, cuánto gastas y cuál es tu posibilidad de ahorro. Es importante que tengas en cuenta tus gastos fijos mensuales para calcular una meta de ahorro. Si no se te dan muy bien los números, utiliza una hoja de cálculo como Excel para tener las cuentas al día. Así, podrás controlar las cantidades (más o menos elevadas) y bajar algunos gastos. ¡No te olvides de incluir un porcentaje para gastos variables!. Establece metas para tu ahorro, las cuales puedes dividir en corto, mediano y largo plazo. 

  1. Compara precios y busca ofertas

No es necesario que vayas de un supermercado a otro mirando los precios (aunque nunca es mala idea). Puedes preguntar a tus familiares, amigos y compañeros de trabajo dónde compran y comparar la relación calidad-precio de los productos. Probablemente cuando conozcas lo que se ahorran los demás, te empieces a interesar más en lo que te gastas cada mes. Recuerda evitar el “gasto hormiga”, como el cafecito, el alimento chatarra, etc. ya que con ello podrás tener mayor margen de maniobra. 

  1. Mantén un fondo de emergencia

Es de gran provecho para determinar gastos imprevistos que se originen. Hay que tener en cuenta que lo principal de un ahorro no es prescindir de los “caprichos”, sino establecer prioridades y darle relevancia a lo que realmente vale la pena invertir. Los expertos recomiendan mantener un fondo por un monto de cuando menos seis meses de sueldo. 

  1. Evita las compras por impulso (casi nunca lo necesitas)

Aprende a distinguir entre necesidades y deseos, así evitaras compras innecesarias. Muchas veces nos compramos cosas por darnos un capricho bajo el lema “para eso trabajo”. El consumismo impulsivo es el peor enemigo del ahorro y puede alterar tu presupuesto sin que te des cuenta. Si no te hace falta inmediatamente, espera a final de mes e invierte parte de tus ahorros.  

Es recomendable depositar el dinero ahorrado en una cuenta de ahorros con el fin de que generen una rentabilidad. Estas cuentas bancarias no suponen ningún riesgo. La selección del método de ahorro dependerá de tus necesidades y preferencias. 

Es importante que investigues cuál cuenta de ahorro te ofrece una mayor tasa de interés, mejor servicio y te cobra menos comisiones. Confirma que la institución que escojas tenga una sucursal cerca de tu casa o trabajo, así evitaras complicaciones al transportarte. Lee el contrato que ofrece la institución financiera que elegiste, antes de firmarlo. 

Por último, recuerda que el ahorro es fundamental para unas finanzas personales saludables, un hábito que se debe desarrollar a lo largo de la vida.